¿No tenéis la sensación de que los arbitrajes son este año bastante más permisivos que en las dos o tres temporadas anteriores? No sé si la palabra exacta es ‘permisivos’, pero, sin ninguna duda, los partidos tienen más ritmo, menos interrupciones por culpa de los pañuelos amarillos. Quizá sea una percepción equivocada, pero creo que en la NFL se han replanteado otra vez la cuestión arbitral.
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Pero antes de empezar, la programación de Canal+:
Domingo
Vikings-Steelers 19:00 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes HD 2).
Broncos-Eagles 22:25 directo (Canal+ Deportes HD).
Falcons-Patriots 02:30 directo V.O. (Sportmanía y Canal+ Deportes HD 2).
Lunes
Falcons-Patriots 21:00 diferido (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).
Saints-Dolphins 02:40 directo (Canal+ Deportes y Canal+ Deportes HD).
También podéis encontrar la programación actualizada en http://www.canalplus.es/NFL/
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Volviendo al tema arbitral, puede que me equivoque en mis conclusiones y que no haya cambiado nada, pero pienso que sí que ha habido un volantazo y que puede deberse a dos motivos. El primero es, simplemente, favorecer el espectáculo. Las interrupciones son uno de los grandes enemigos del football americano. Convierten un deporte trepidante en tedioso. Por ejemplo, esa siempre ha sido una de las grandes preocupaciones de nuestras competiciones domésticas. Entre la bisoñez de algunos jugadores, que no conocen como deberían el reglamento y caen constantemente en penalizaciones, y la de los árbitros, que me temo que tampoco lo dominan como deberían en algunos casos, algunos partidos se convierten en una auténtica tortura para el espectador.
Otro de los motivos de ese giro radical puede ser el acuerdo llegado entre la NFL y los demandantes por las secuelas, como consecuencia de las lesiones sufridas durante su trayectoria profesional. La NFL ha cerrado ese espinoso asunto, y parece que para siempre. Por eso no necesita llevar la rigurosidad hasta los límites absurdos de los últimos dos años, cuando el arbitraje en postemporada era mucho más lógico que el de temporada regular. De septiembre a diciembre se penalizaba casi cualquier contacto especialmente violento con o sin razón, mientras Goodell aparecía ante los medios esgrimiendo su preocupación por la protección extrema de los jugadores.
También tengo que decir que me ha sorprendido que los jugadores hayan aprendido la lección tan rápido. Este año se han reducido significativamente los golpes casco contra casco. Los defensas cargan con eficacia con el hombro, demostrando que el impacto es casi tan duro para el rival que el del casco. Estamos sufriendo una plaga de lesiones y conmociones que, vista la repetición, llegan después de golpes perfectamente legales y sin cascos de por medio. Quizá llevamos demasiado tiempo culpando al casco usado como ariete de todos los males del football cuando la respuesta es mucho más sencilla y todos las conocíamos desde hace décadas: es un deporte de contacto, incluso de colisión, en el que las lesiones son inevitables.
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Al menos, este año no nos revolvemos en el sillón desconcertados después de ver las penalizaciones que se inventan los cebras. Esperemos que dure.
Sobre la jornada que nos espera, y su acumulación de partidazos, solo puedo decir que se me acumulan los partidos. La semana 4 se parece a un árbol de Navidad sepultado por una cantidad ingente de regalos. Y nosotros, niños ávidos de emociones, no sabemos cuál abrir primero.
Bueno, sobre el primero no hay duda. Hoy jueves veremos un Rams-Niners que es una cita inexcusable. El año pasado, los 49ers fueron incapaces de ganarle a los Rams en sus dos enfrentamientos y, además, los de St. Louis consiguieron provocar en un equipo que llegó a la Super Bowl las mismas malas sensaciones que ha transmitido en las dos últimas semanas. Pero los Rams, que en su primer partido parecieron un bloque nuevo, han jugado realmente mal desde entonces. Estamos en la semana 4, pero este partido es decisivo para los dos. El que caiga derrotado puede quedar tocadísimo de cara al resto de la temporada. Como digo, una cita obligada.
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En la primera tanda del domingo tengo clarísimas mis dos elecciones; Lions-Bears en la pantalla grande y Texans-Seahawks en la pequeña. Hay otro dos o tres partidos muy interesantes, pero creo que el duelo de la NFL Norte será espectacular y un buen termómetro para saber el auténtico estado de cada uno. Los Bears han empezado muy bien, con una defensa a la altura de sus mejores tiempos, pero el ataque pasa de parecer imparable a sufrir tremendos apagones. Los Lions siguen siendo una montaña rusa de irregularidad, pero este año se ve una actitud nueva, una mentalidad ganadora que faltó en 2012. Partidazo.
El Texans-Seahawks me parece muy interesante porque se juega en Houston (si fuera en Seatlle ni me plantearía verlo). Los Texans han pasado de ser considerados gallos de la Americana a estar a una derrota de entonar la palabra crisis. La defensa no consigue grandes jugadas y el ataque ha perdido la explosividad. Puede ser que este año se lo hayan tomado con más calma, viendo que sus meteóricos arranques de los últimos dos años terminaban desmoronándose cuando llegaban las lesiones. Los de Seattle jugaron un partidazo ante los Niners y tuvieron una semana de descanso contra los Jaguars, pero en su primer partido ante los Panthers ganaron por el regalo final de DeAngelo Williams. Aún deben demostrar que son los máximos favoritos de la Nacional.
En la segunda oleada del domingo me apetece mucho ver el Chargers-Cowboys. Los texanos, a falta de competencia en su división, parecen tener el camino expedito hacia postemporada si no cometen errores. Por eso tienen en perspectiva el mejor planteamiento posible en los próximos meses: ir creciendo y haciendo pruebas para llegar a enero en el mejor estado de forma y con todas las dudas resueltas. Los Chargers, que se han parecido bastante hasta ahora a los de los mejores momentos de hace cuatro o cinco años, siguen, como entonces, desbaratando un juego muy práctico y eficiente, con errores absurdos. Me temo que es una enfermedad incurable, aunque si por un milagro encontraran el remedio, podrían terminar siendo un contendiente inesperado.
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El Falcons-Patriots es otra cita inexcusable. Los locales empiezan a estar contra las cuerdas y los visitantes ganan jugando mal. Una victoria de los de Belichick los metería inmediatamente entre los aspirantes reales, algo que ahora nadie se cree pese a sus tres victorias. Los Falcons, con una defensa demasiado ingenua, no han sido capaces hasta ahora de imponer su ataque por culpa de las lesiones. Parece un duelo con dos equipos venidos a menos, pero hace no mucho tiempo era una apuesta razonable para la Super Bowl.
Y para acabar, otro manjar. Duelo de invictos con los Saints resucitados y los Dolphins asombrando a la liga por la madurez de su juego. Otro buen momento para examinar a la defensa de los Dolphins, que hasta ahora ha sido intratable por aire, y el ataque de los Saints, que aparentemente necesitará más argumentos que el pase para imponerse. Un partido que puede ayudar a sacar muchas conclusiones sobre las opciones de ambos.
¡Menuda semana nos espera! Que además sirve para cerrar la pretemporada oficiosa de septiembre. Los equipos ya tienen que parecerse a lo que deben ser en realidad. Hasta ahora hemos perdonado los errores tontos por falta de compenetración y ritmo de competición, pero a partir de aquí ya no hay excusas. Solo espero que los arbitrajes sigan dejando jugar como hasta ahora.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl
