Mi ranking de quarterbacks de la NFL
Hace algunas fechas, un
lector del blog propuso en uno de los comentarios que hiciera un ranking de
quarterbacks en el que los numerara desde el mejor hasta el peor, explicando
mis razones. Es un artículo típico, que no he hecho desde hace un par de años. Creo que ahora, en el ecuador de la temporada regular, es un buen momento para
lanzarme al ruedo.
Antes de seguir leyendo, ruego encarecidamente que nadie se enfade. Es mi opinión actual, solo eso. Yo no soy ningún argumento de autoridad, ni éste es un ranking oficial. Está escrito sin importarme la actuación que tuvieron este fin de semana. Temo este tipo de artículos, porque es tradicional que provoque que algunos de vosotros alcance el punto de ebullición ante la baja clasificación de vuestro QB favorito, mientras que pongo por encima a no sé qué 'matao'. Insisto, es solo un ejercicio que no pretende ser riguroso, sino sincero. Estoy seguro de que si lo hiciera dentro de dos semanas, o lo hubiera hecho hace dos, muchas posiciones habrían cambiado. De todos modos, ahí tenéis los comentarios para discrepar con educación en todo lo que queráis.
Para terminar con la introducción, el criterio que he usado no es el mismo en todos los casos. En ocasiones he valorado una trayectoria y en otras ha primado la impresión causada en lo que va de temporada. A pesar de todo, mi forma de ordenar siempre ha sido la misma. Me imagino como manager general de un equipo de la NFL y voy comparando unos con otros haciéndome siempre la misma pregunta: ¿si tuviera que quedarme con uno para mi equipo, a cuál elegiría? Después de mucho repetir esa pregunta, y de enfrentar en duelos individuales a casi todos contra casi todos, os dejo con mi ranking de quarterbacks de la NFL actual.
1º Peyton Manning (Broncos) / Tom Brady (Patriots).
Me da igual cómo estén jugando este año. Ellos dos
están fuera de ranking. Entrarían en uno diferente, en el que se discutiría el
Top-10 de todos los tiempos. La semana pasada, publicamos en AS Color un
reportaje sobre Larry Bird y Magic Johnson. El título de portada era: 'Cuando
nos enamoramos del basket'. Me encantaría hacer una portada con Peyton y Tom
que se titulara: 'Cuando nos enamoramos de la NFL'.
Lo que primero me gustó de Rodgers fue la alegría que transmitía. Lo bien que se lo pasaba jugando a football. Es verdad que ha perdido parte de esa alegría, pero a cambio ha desarrollado una frialdad letal que da miedo.
Su
historia de superación es digna de una película. Su estatura de 1,83 le persiguió
durante los inicios de su carrera. Sin embargo, sigo pensando que es un pistolero
increíble pero que nunca ha sido genial leyendo los partidos. Por suerte, es el
brazo ejecutor del cerebro privilegiado de Sean Payton, el Lex Luthor en la NFL actual.
Estoy perdidamente enamorado de Ryan. Cuando le veo jugar me recuerda a esa raza de genios que poblaron la NFL a mediados de los '90. Un pocket passer de los de siempre con una visión del juego, una frialdad y (me vais a perdonar) unas pelotas que no caben dentro de la coquilla. Estoy seguro de que en dos o tres años será mi favorito (si de una puñetera vez le ponen en manos de un entrenador como Dios manda).
6º Tony Romo (Cowboys).
No lo olvidaré. La primera vez que vi jugar a Romo le dije a Manolo Arana: "mira, tío, ¿has visto cómo se parece ese a Brett Favre?" Y Manolo respondió: ¡pues tienes razón, se le da un aire! Y desde entonces, Romo siempre me ha recordado a Favre, aunque le falte la alegría que definía al genio. Sí, es verdad, está algún escalón por debajo, pero no demasiados. Su único problema es que si un pájaro pasa por encima del estadio en el momento decisivo de la Super Bowl, echará una cagarruta que le caerá justo en el ojo en el instante en que lance el pase de la victoria... que será interceptado y retronado para touchdown.
¿Que es un poco pronto? ¿Que hay que verlo jugar más? Tenéis toda la razón
del mundo, pero esta es mi lista y yo le pongo donde quiero. Y más allá de
ninguna estadística, cuando veo jugar a Andrew Luck siempre tengo la sensación
de que puede pasar algo grande. Muy pocos jugadores me han transmitido algo así con tanta intensidad. Y lo mejor es que pienso que él también sabe
que puede hacer cosas muy grandes. Prefiero mil veces a un scrambler clásico
como él, o como Rodgers, que a los QBs móviles tan de moda en la actualidad.
8º Ben Roethlisberger (Steelers).
Ben mola. En serio, es el que más mola. El chico malo es feliz en su vida de película picante de los ’80 en la América profunda. Y eso es lo que transmite en el campo, la despreocupación del que se lo está pasando de narices, pero que se lo estaría pasando igual de bien en casi cualquier otra parte. Por el camino, se deja todo en el emparrillado y el talento le sale a borbotones.
¡¡¡Hala!!! ¡Cómo te sobras! ¡¿Eli noveno?! Vale, lo que queráis,
pero el próximo entrenador de los Giants, que creo que llegará en menos de tres
meses, podrá descartar a todos los demás jugadores de la plantilla, pero ni se
le pasará por la cabeza perder a Eli. Y si yo fuera propietario de un equipo de
la NFL, pagaría
por él lo que fuera. Este año está en 'modo lelo', pero yo ya le he visto salir
de ese estado para ponerse el mundo por montera. Y lo he visto varias veces.
10º Philips Rivers (Chargers).
Mi relación con Philip es como un mal noviazgo. A veces le quiero matar y otras me deja embelesado. Hace solo unas semanas escribí que en mi opinión estaba acabado, pero ahora da gusto verle dirigir con precisión el práctico ataque de los Chargers. Siempre he echado de menos un poco más de temperamento, que sus arreones de genio no tienen nada que ver con el carácter ganador.
Hace
dos años hubiera apostado por él hasta los calzoncillos, pero el año pasado sufrí
un duro desengaño. En las primeras mitades, cuando hay que dirigir un ataque,
acumulaba tres y fuera un drive tras otro con cara de no entender lo que pasaba.
En los últimos cuartos, cuando pierdes por 21 y te la juegas a la ruleta rusa, multiplicaba
yardas inútiles a paladas. Este año me sucede algo parecido. Tiene armas como
para lucirse, pero en ocasiones se le ve algo superado por los acontecimientos. Creo que el
talento está ahí, y que tiene potencial de top-5 en esta NFL, pero necesita que
por fin alguien le enseñe a ser quarterback y no solo un gran tira pases. Cualquiera de
los jugadores que están por encima de él en este ranking, podría tener un récord
perfecto con estos Lions llenos de talento.
12º Russell Wilson (Seahawks).
Este tipo es más listo que un 'ratón colorao'. Su único handicap es
la altura (1,80) y corre porque es la mejor solución que ha encontrado para ser
un pasador letal con esa limitación. Voy a hacer una afirmación que a todos os
parecerá exageradísima, pero, salvando las distancias, creo que dentro de él se
encuentran latentes muchas de las virtudes que convierten a Steve Young en mi
número 1 de siempre... y bastantes de las que convirtieron a Doug Flutie en un
mito viviente. Si midiera 10 centímetros más, su límite estaría en el
cielo.
Flacco y Ryan tienen 28 años. Ambos fueron elegidos en primera ronda de 2008. Ryan con el pick 3 y Flacco con el 18. Ryan tiene unos números globales mucho mejores que los de Flacco, pero el de los Ravens tiene un récord en postemporada de 9 victorias y 4 derrotas, con un anillo, mientas que Ryan está 1-4. Flacco no me enamora. Nunca me ha gustado demasiado y en raras ocasiones le he visto dirigir un drive con autoridad en temporada regular. Eso sí, cuando llega postemporada se convierte en Genghis Khan.
Creo que Cutler lleva cinco años viviendo en Chicago de las 4.526 yardas y 25 touchdowns que consiguió en su última temporada con los Broncos. No voy a negar su talento natural, pero le sobra ego y le falta carácter en los momentos en los que un gran quarterback se diferencia de uno simplemente bueno. Después de ocho años, seguimos esperando a ese gran Cutler que iba a comerse el mundo.
El partido que más me ha gustado de Dalton hasta ahora, que no es ni mucho menos el mejor de su carrera, fue su derrota ante los Texans en el partido de wild card en 2011, el año de su debut. Sus números parecen desastrosos, (27 de 42 para 257 yardas y ¡3 intercepciones!). Sí, pero ese día le echo unas pelotas que me tuvieron encandilado gran parte del partido. Técnicamente es un portento, pero me gustaría ver más a menudo en Dalton todo el carácter, y la capacidad de liderazgo, que demostró tener aquel día. Otro con talento para estar muy arriba y que no termina de estallar.
Yo diferencio tres categorías: quarterbacks estáticos (lo que solemos conocer como pocket passer), scramblers y quarterbacks corredores (cuyo primer exponente claro tal vez fue Michael Vick). Cam Newton es el quarterback corredor que más me gusta. Maniatado en el pocket pierde gran parte de su eficacia, pero solo con sentir el alivio de una puerta disponible, se convierte en un pasador certero, letal e inteligente. Como sabéis, no me gustan los quarterbacks tan móviles, pero si tuviera que quedarme con uno en la NFL actual, apostaría por Newton.
17º Robert Griffin III (Redskins).
El año pasado pensé que el talento de Griffin estaba por encima de su movilidad. Que podría convertirse en una estrella incluso anclándose en el pocket. Hoy creo que eso requeriría un aprendizaje que Shanahan no está dispuesto a acometer, y que antes o después un mal golpe terminará con la carrera de un QB que está siendo maltratado y sobreexplotado en la NFL. RGIII cada vez es más esclavo de su movilidad y a estas alturas ya ha perdido el factor sorpresa.
Los defensores de Bradford hablan de su talento innato y de la falta de calidad a su alrededor. Vale, me lo creo, pero después de cuatro años todavía estoy esperando que una actuación de Bradford me haga botar en el asiento. Una mala plantilla complica el éxito, pero el talento a borbotones no se puede esconder durante tanto tiempo. Quizá llegue el día en que me demuestre lo contrario, pero Bradford, hasta ahora, siempre me ha parecido un triste. Y os prometo que estoy deseando equivocarme.
19º Carson Palmer (Cardinals).
Otro talento innato desperdiciado bajo quintales de conformismo, toneladas de egoísmo y un empeño inexplicable por aguantar la pelota demasiado y lanzar pases allá donde se pierde la vista. Una mala lesión en un polémico partido de postemporada contra los Steelers terminó con el Palmer de verdad. Desde entonces solo ha sido un mercenario sin ambición que en contadas ocasiones demuestra que podía haber sido un grande.
Algunos auguran que con su talento e inteligencia será el abanderado de una nueva raza de quarterbacks que revolucionarán la NFL. Yo ya he vivido muchos anuncios de la llegada del mesías y por ahora solo veo a un jugador con mucha chispa, que se siente muy cómodo corriendo, pero no tanto pasando. Creo que le salva jugar en un equipo tan bueno como los 49ers, pero en el desamparo de un conjunto mediocre quizá estaría luchando por tener oportunidades un año más.
Alex ya es un jugador maduro que conoce perfectamente sus limitaciones, pero
también sus virtudes. Me parece de los mejores pasadores en movimiento de toda la NFL, un peligroso scrambler
tradicional y un tipo muy serio. ¿Su gran problema? Sin duda, la miopía. Más
allá de diez o quince yardas lo ve todo borroso, y eso es un problema muy grave
en un QB de la NFL. Eso sí,
en las distancias cortas tiene muchísimo talento.
Técnicamente es uno de los mejores quarterbacks de la actualidad. Desde la retirada de Favre, muy pocos han ejecutado el play action escondiendo la jugada tanto tiempo como él. Tiene brazo y tiene magníficas lecturas... pero pone cara de circunstancias cada vez que sufre el más mínimo problema. Dios le dotó de un talento excepcional, pero es un hombre de hojalata al que le falta corazón.
23º Ryan Tannehill (Dolphins).
Por ahora es una incógnita. Ha alternado actuaciones de carácter, con fogonazos de calidad propios de los muy buenos, con otras apariciones demasiado grises y plagadas de errores impropios de la calidad que se le presupone. Lo mismo se asienta y sube en este ranking como la espuma, que se convierte en otro Ponder y termina siendo el enésimo QB sacrificado a los dioses en Miami. Eso sí, su línea ofensiva es tan mala que complica mucho valorarle.
Este año, por fin, apareció el Locker que sus más fanáticos seguidores habían
augurado. Un jugador con clase y voluntad suficiente para dirigir un ataque con
brillantez. Pese a todo, necesitará muchos partidos a ese nivel para que se me
quite de la boca el regusto de su inconsistente temporada 2012.
Me gustó
mucho lo que vi en sus pocas actuaciones como titular, pero necesito verle en
más partidos para confirmar que merece subir escalones.
26º Geno Smith (Jets).
Por ahora le dejo en zona de nadie. Necesito verlo más. Algunos domingos me parece que tiene la chispa de los buenos, y otros, que no se entera de nada. En un sistema tan protector como el de Rex Ryan debería ser más regular.
Para muchos es una de las grandes sorpresas del año, y asumo que posiblemente
sea lo mejor que les ha pasado a estos Raiders desnortados, porque es todo
corazón, pero vistas sus limitaciones, tanto técnicas como tácticas, creo que
le faltan muchas cosas para ser un QB de futuro en una franquicia ganadora.
28º Christian Ponder (Vikings).
Ya he hablado mucho sobre él en las últimas semanas. Algunos dicen que para los Vikings es suficiente. Vale, pero ¿suficiente para qué? En la NFL es más importante demostrar regularidad que brillantez puntual.
La edad no perdona y el portento físico de hace una década está muy cerquita de arrastrarse por el campo. Incluso aunque los Eagles terminaran en playoffs, creo que estamos ante su último año como titular en la NFL.
30º Mike Glennon (Buccaneers).
Al menos se está ganando el derecho a ser un quarterback número
dos de garantías en los próximos años.
Le he esperado, he creído en él e incluso le he defendido durante el último año
y medio, pero, definitivamente, es como un mono con dos pistolas. Se supone que
a su edad debía tener la cabeza más asentada.
Lo he dicho muchas veces. Creo que nunca en la historia un quarterback tan malo
ha tenido tantas oportunidades. Es horrendo.
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl