Carros de fuego

Un blog sobre atletismo y todo lo que lo rodea: historia, competición, actualidad, debate... Todo lo que te interesa del atletismo y que no podrás encontrar en ningún otro sitio.

Autor: Ángel Cruz

Boston: terror, gloria, dopaje, machismo, valentía...

Este lunes, 120ª edición de la Maratón de Boston. La carrera anual más antigua del mundo y la segunda sobre asfalto en Estados Unidos, después de la Buffalo Turkey Trot, que nació cinco meses antes. La carrera mítica que nació nada menos que en 1897. La carrera que otorga gloria a sus vencedores. La carrera que estaba prohibida hace años a las mujeres. La carrera que en 2013 se ensangrentó con el terrorismo (en la imagen, una de las explosiones). La carrera que se levantó de sus cenizas para seguir siendo mítica y multitudinaria. La carrera en la que no se pueden homologar récords y en la que las marcas no valen a efecto de ránking, por ese desnivel entre la salida y la meta de 139 metros…

BOSTON EXPLOSION

Una carrera que ha pasado por todas las vicisitudes posibles: desde esa prohibición a las mujeres, reflejada en fotos históricas, hasta esos tres muertos y 270 heridos por la explosión de dos bombas asesinas montadas en ollas express de marca española (pura coincidencia), pasando por la retirada de la victoria a una dopada keniana (Rita Jeptoo) y por la no homologación de un récord mundial estratosférico de otro keniano (Geoffrey Mutai, 2h 03:02 en 2011)… Y por lecciones de valentía por parte de no pocos de los amputados, que no se han rendido, que luchan cada día con piernas ortopédicas, que participan de una manera o de otra en la carrera. Sencillamente impresionante.

Y que nació a imagen y semejanza de aquella de los Juegos Olímpicos de Atenas 1896, los primeros de la Era Moderna. Los estadounidenses que viajaron allí volvieron enamorados de la carrera y la recrearon en su ciudad. Y hasta hoy pervive, pasando por todo, bueno y malo.

Kathy

La primera prueba se celebró el 19 de abril de 1897, sobre un recorrido de 39,4 kilómetros (el maratón, por aquel entonces, no tenía aún distancia fija, y hasta 1924 no se disputó sobre 42.195 metros en Boston) y con el nombre de American Marathon. Corrieron quince atletas y el vencedor fue John J. McDemott, con 2h 55:10.

Es la única carrera de superélite que se disputa en lunes, coincidiendo con el tercero del mes de abril, en el Día del Patriota, establecido en honor de un héroe norteamericano llamado Paul Revere. Éste era platero de profesión, de familia procedente de Francia, adinerado, que luchó por la independencia de Estados Unidos. Formó parte de los llamados Hijos de la Libertad, montó un servicio de espionaje para informar de los movimientos de las tropas británicas y en la madrugada del 18 al 19 de abril de 1775 protagonizó la Cabalgada de La Media Noche, para avisar a los bostonianos de la llegada de las tropas reales. Bueno, pues en su honor y en el de los Juegos Olímpicos de Atenas 1896, nació este maratón.

La carrera estaba absolutamente prohibida a las mujeres, como otras muchas en el mundo, por otra parte. La que rompió esa situación fue la estadounidense Kathy Switzer, en 1967. Se inscribió como KV Switzer y salió a correr con chándal, con el dorsal 261. Jock Semple, codirector de la carrera, la vio e intentó echarla de la prueba al grito de “¡Sal de mi carrera y devuelve el dorsal!” y quiso empujarla. Fue protegida por su novio y por otros corredores (en la fotografía) y terminó la prueba en 4h 20. A partir de ahí cambió todo.

ADRIANNE

El momento más triste de la carrera se produjo el 15 de abril de 2013, cuando estallaron dos bombas en una zona muy cercana a la meta, causando tres muertos y 270 heridos, entre ellos muchos amputados. Fallecieron un niño de catorce años (Martin Richard), una gerente de restaurante de 29 (Krystle M. Campbell) y una estudiante de origen chino de la Universidad de Boston, de 23 años (Lu Lingzi).

Los asesinos eran los hermanos Tamerlán y Dzhojar Tsarmáev, nacidos en Chechenia, pero residentes en Estados Unidos. Fueron localizados por la policía y perseguidos por fuerzas especiales. En su huída asesinaron al guarda de seguridad Sean Collier. Los agentes mataron a Tanmerlan y su hermano pequeño fue detenido, juzgado y condenado a muerte. Espera la ejecución en una prisión de alta seguridad.

Ese mismo año venció en categoría femenina la keniana Rita Jeptoo, una de las mejores maratonianas del mundo, pero que dio positivo y que ha sido sancionada. A raíz de ese castigo se incrementó la vigilancia de la IAAF y de la AMA sobre el atletismo keniano, directamente señalado con el dedo.

Golpes muy fuertes para la maratón más antigua del mundo y una de las más prestigiosas. Pero Boston sobrevive y lo hace en todo su esplendor. Porque nadie puede derrotar una ilusión si está capitaneada por valientes.

Y me quedo con las palabras de Adrianne Haslet-Davis, bailarina (en la imagen, haciendo los últimos metros de la carrera junto a sus hermanos), que perdió parte de su pierna izquierda como resultado de la segunda explosión, cuando era espectadora. Ahora quiere ser corredora y terminar este lunes la prueba. Y dice. “Soy una superviviente, pero no una víctima”.