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La nueva generación de tenistas pisa el acelerador

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Tomás de Cos

Apenas tres jornadas del Abierto de Australia han permitido brillar a algunos de los más prometedores tenistas, que previsiblemente se asentarán en las primeras posiciones de la ATP en los próximos años y de los que aquí hablamos a menudo.

En la jornada de ayer el norteamericano Ryan Harrison puso a prueba al Andy Murray, que ahora de la mano del mítico Lendl quiere reconducir su camino hacia el número uno. El americano mostró con desparpajo su tenis agresivo y sacó petróleo del errático arranque de partido del escocés, tal y como comenté en la anterior entrada. La lectura es clara: Harrison hizo partido frente al último integrante del ‘Big 4’, todo un especialista en emboscadas.

Hoy Dimitrov, al que tanto elogió en MatchBall el gran Pato Álvarez, llevó al quinto set a todo un top ten como Nico Almagro: 4-6, 6-3, 6-7(4), 6-4 y 6-0. Un partido de tenis en el que ambos dieron un recital de buen juego y puntos increíbles. La mentalidad, la experiencia y el físico acabaron dando el triunfo al español. El 'clon de Federer', que sufrió un gran bajón físico y mental al ceder su saque al inicio del quinto set, pagó las consecuencias de su dilatado triunfo ante Chardy. Pero sigue progresando con paso firme y este es un partido de los que dejan grandes enseñanzas.

Mejor le fue a Tomic, el nuevo ídolo del tenis australiano, que tras dar la campanada ante Verdasco, eliminó al estadounidense Sam Querrey tras remontar un set en contra: 3-6, 6-3, 7-6(3) y 6-3. El ‘jugón que parece que no juega’ sigue dando sustos en el torneo de casa para deleite de los suyos. Ya ha igualado la tercera ronda alcanzada el año pasado, por lo que todo lo que consiga a partir de ahora le permitirá escalar posiciones. Su próximo rival será el agresivo e impredecible ucranio Alexandr Dolgopolov, decimotercero de la clasificación ATP. Tiene un hueso por delante, pero es un especialista en hacerlo todo tan fácil…

Al margen de ellos, otros dos tenistas nacidos en los noventa, el canadiense Milos Raonic (1990) y el australiano James Duckworth (1992), siguen el cuadro principal y afrontan mañana sus encuentros de segunda ronda.

Y algunos veteranos pierden los papeles

La jornada ha dejado también momentos impactantes protagonizados por dos veteranos con mucha clase. Un cabreado Nalbandian -discutió con el juez de silla y el supervisor- se marcó una rajada notable sobre los árbitros después de que no le concedieran el 'Ojo de Halcón' en una bola de rotura a favor con 8-8 en el quinto set "por haberlo pedido demasiado tarde". Una decisión inexplicable que le hizo perder los nervios y provocó imágenes lamentables. El cordobés arrojó la raqueta en varias ocasiones, incluido el último punto del choque. Otro que perdió del todo los papeles fue Baghdatis, que se cargó cuatro raquetas seguidas ante las cámaras tras la derrota. Parecían Head de prueba (pintadas de azul) y no le debieron gustar nada. En cualquier caso, la frustración no puede ser excusa para semejante comportamiento en la pista porque no dejan de ser un espejo en el que se miran millones de chavales que sueñan con seguir sus pasos. Se adivina una multa económica en ambos casos. Y será lógica. Porque montar el número con la raqueta es una práctica cada vez más extendida...