Esta mañana me he encontrado con Claudio Gómez en un acto de los sindicalistas del deporte europeo que claman para que se les tenga en cuenta en el diálogo social deportivo antes de que la Comunidad Europea desarrolle una ley del deporte profesional. A Claudio, como a mí, le preocupa que aún hoy haya jugadores que acepten contratos paralelos, es decir, que cobren en negro. Como representante del sindicato de los jugadores españoles, eso es una contrariedad y no puede defenderles en esa comisión tripartita de setguimiento. Bueno, pus eso me faltó en mi abecedario de lo que no me gusta, que los clubes traten de sacar provecho y pagar menos impuesto, y los jugadores también participen de esta picaresca.
Como en el blog han llegado demandas de un abecedario de lo que me gusta, como a un aficionado, supongo que de Valladolid, le molesta que no critique a Héctor Castresana por sus peinetas cuando juega en Pucela, como Jesús Méndez, viejo amigo, desde Colombia espera verme en positivo, pues les tengo que decir que apliquen la máxima de a sensu contrario que tanto le gusta a César Argilés: lo que no está en que lo que no me gusta, pues es que me gusta. Digamos que no es para tanto…pero el balonmano sí tiene muchos puntos destacados.
Por ejemplo, y respecto a Castresana…No aplaudiré nunca un mal gesto de un deportista, pero tampoco avalaré que se le insulte y vitupere por el simple hecho de que el público paga. Se paga para por ver un espectáculo, y se ha instalado en general que ese desembolso da derecho primero a meterse con el árbitro, que haga lo que haga no tiene quien le ampare; luego, con el equipo rival, que por venir de fuera los de casa tenemos derecho de pernada con todo lo que sea forastero; luego, nuestra directiva, que si perdemos de seguido lo hace rematadamente mal; y, por último, con Juan de Dios Román, como antes era López Ricondo un recurso para el insulto. De verdad, yo no pagaría para disfrutar con el insulto y la descalificación, pero allá cada cual. Y a lo mejor no es el caso, pero estoy convencido de que entre Héctor Castresana y la afición del Valladolid hay tanto resquemor que no sabe a ciencia cierta quien empezó esa guerra personal. Y no, no me gusta que haga peinetas, y tampoco que el público le ponga en solfa.
Lo que me gusta del balonmano es tanto que no hay abecedario occidental que lo soporte. A modo de ejemplo, me agrada el juego, la preparación de los jugadores, el esfuerzo de los directivos para sacar adelante a sus equipos, y la competición. Desarrollarlo es inviable, pero hagamos algunos guiños para algunos de mis amigos, y que sepan algo de lo que sí me gusta:
a) La evolución de Viran Morros, Joan Cañellas y Julen Aguinagalde, gente fija para la Selección del presente y del futuro.
b) El asentamiento de dos extremos jóvenes, como Víctor Tomás y Ugalde en un Barcelona donde compiten nada menos que con Rocas y Juanín García
c) El crecimiento de un joven como Gurbindo y la ratificación de que Svensson está fuera de los parámetros de la normalidad como deportista profesional.
d) La capacidad de Castresana para sobrevivir en el pivote peleado cada jornada con gente que le saca dos palmos de estatura, aunque de peso deben andar por un estilo.
e) Que el CAI Aragón sea uno de esos clubes emergentes que apuesten por la seriedad económica en unos tiempos en los que podría fichar mejor con promesas que luego no podría cumplir.
f) La marcha del Naturhouse La Rioja, que ya se atreve con fichajes de calidad, como Garabaya, sinónimo de que la ciudad empieza a vivir con intensidad al equipo.
g) La profesionalidad de la plantilla del Reyno de Navarra, que no baje los brazos y está a las puertas de una final europea.
h) La perspicacia del Granollers de apostar con Manolo Cadenas para dirigir su proyecto de futuro, y darle alas al entrenador que con ese modelo de cantera hizo grande al Ademar León.
i) La afición del Antequera, que se ha ganado en poco tiempo el reconocimiento y la simpatía en general de los aficionados españoles, y en este apartado caben también los seguidores del Toledo y del Cuenca, por ejemplo.
j) El desparpajo con que juega el japonés del Alcobendas, que ha logrado que su fichaje más que exótico sea un acierto del club y de Rafa Guijosa, que ha sido capaz de exprimir lo mejor de un central en principio individualista.
k) Que Masachs no se haya venido abajo tras pasar por el Ciudad Real y el Portland, y en un equipo señalado para el descenso sea capaz de ser el máximo goleador de la Liga.
l) Que en el Cangas se viva con normalidad la pérdida de la categoría, y que se haya intentado reflotar al equipo dentro de las posibilidades (relevo de entrenador), pero sin gastar ni un ero más de lo que se podía gastar.
m) Que el Torrevieja mantenga contra viento y marea la bandera del balonmano valenciano en la Asobal en una época en que no pinta bien para este deporte masculino en esa comunidad.
n) Que el Arrate sea capaz, en una ciudad pequeña, de ser el representante vasco compitiendo con el fútbol y el baloncesto…y se reinvente cada temporada para seguir dando la lata…
Podría extenderme y levantar una copa por las excelentes despedidas que le están brindando a David Barrufet todas las aficiones a la que visita por última vez, toda vez que se retira en mayo…incluso debería llamar la atención por el esfuerzo de nuestras jugadoras que también merecen un reconocimiento…y no olvidar que a estas alturas siguen cinco equipos españoles en competiciones europeas. Todo eso también me gusta, por si había dudas.