Mientas el Atlético de Madrid anunciaba ayer el fichaje de David Villa para su equipo de fútbol por 5,1 millones de euros, por detrás saltaba la noticia de la casi segura desaparición del club Neptuno, al que patrocina el club rojiblanco con algo más de un millón de euros por temporada y que, además, se había identificado plenamente con el club colchonero.
El problema del adiós no es de ahora, sino que las deudas vienen de lejos, de Ciudad Real precisamente. El club de balonmano ya estaba asfixiado y por eso Domingo Díaz de Mera creo la patente Neptuno Balonmano en una sucesión empresarial en el mundo del deporte. Es decir, Díaz de Mera se quedó con el activo y el pasivo para llevar la élite del balonmano a Madrid, con el apoyo de su amigo Enrique Cerezo.
Todo bien para la afición rojiblanca, que ha vuelto a vivir dos años de balonmano, recordando aquellos viejos años de los ochenta, donde la sección era importante en Europa. Pero el Atlético no quiso inmiscuirse más de lo justo: sólo patrocinio y aporte logístico, con presencia en el Vicente Calderón en los días de gloria, y actividades con el equipo de fútbol puntualmente.
El caso es que a Díaz de Mera no le salían las cuentas. Y de ahí el goteo constante de sus mejores estrellas en el verano de 2012. Ahora, aún le quedaba cuatro jugadores de nivel internacional, y con ellos y con jóvenes Talant Dujsebaev apostó por sacar un equipo de campanillas para competir con el Barcelona en España.
Sin embargo, lo que no sabían en la plantilla es que el Neptuno se había quedado con una deuda importante, con Hacienda (casi dos millones de euros), con la Seguridad Social, embargos de proveedores, y algunas mensualidades por pagar.
Definitivamente, el plan es inviable porque en Madrid tampoco ha encontrado el equipo el patrocinador que se pensó. Los ingresos paralelos no han sido lo suficiente, y parece que el martes se hará oficial la renuncia en Madrid. Una fuente optimista sostenía que “sólo queda que Dìaz de Mera saque un conejo de la chistera”. Pero no hay chistera en tiempos de crisis, y más cuando todos los jugadores han recibido la llamada del gerente con un “chicos, buscad equipo; esto se acabó”.
Lo peor, con ser malo lo del Atlético, es que es un revés para la Liga Asobal, porque ahora no hace falta ni que se empiece para decir que el Barcelona es el único favoritos y casi con el segundo equipo si decidiese jugar con él.